Veloz

8/10/1930-2/5/2014

Lo cierto es que eras sorprendente y esas sorpresas no puedo yo reproducirlas, aún así pensé en hacer algo para vos que te diera alegría y quizás sorpresa, imaginarte mirándolo y haciendo ese gesto de llevarte la mano a la boca, entonces recordé que mamá me había mandado esta foto del esquí que tanto me gustó y que no pude evitar pensar en cierta velocidad. Eras sin duda un chico veloz y de gran audacia. 

 

La primera vez que escuché este audio pensé en dos cosas que me dijiste hace no tanto: para que alguien te maltrate tiene que estar muy herido. Esas heridas son de antes, son del momento de sus primeras heridas.

 

Este ensamble sobre la velocidad en el cuerpo, en las identidades y el aparente movimiento inevitable de las circunstancias, es de lo que se trata este tiempo en mi, donde tu ausencia cotidiana es un sujeto enorme que se abre paso de un modo irreversible. La muerte es algo irreparable, un principio de realidad con el que unx no cuenta hasta que sucede. Menos mal.  Yo sigo queriendo que se termine, ese impulso rebelde me prepara para entender mejor el terror, entender que puede ser brutal, en qué momento se instala para saber un poco más como sacudirse la mezquindad y desarticularlo. 

 

Hoy vamos a juntarnos con mamá y Anto y vamos a comer rico. Esas son las cosas que sé que sabías que haríamos, ese lazo bien amarrado entre nosotras que con tanta astucia armaste. 

 

Escucharte y leerte siempre es esperanzador, siempre encuentro algo que no había registrado antes y el vértigo me confirma mi propia humanidad, de eso era de lo que hablabas? Seguramente. 

 

Agarro mis esquís, voy junto a vos y con gran velocidad derrumbamos la frialdad para llegar a donde si queremos estar. Le digo a Julia que nos acompañe, ella también es una chica muy audaz y francamente veloz.

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