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Un poco de historia

Las genealogías siempre son oportunas y agilizan el trabajo de la memoria.

Aquí hay una entre varias que nos atraviesan, ésta en particular se deposita en cierta náusea que siento cuando me enfrento en lo cotidiano a la negación de mi humanidad.

La normalización de hacer desaparecer al otrx, a quien nos interpela, nos incomoda y nos muestra una humanidad posible, es en este país un modo aberrante instalado desde las más tempranas edades en un enorme sector de la población.

Es para mi profundamente violento presenciar cuando gente cercana desarrolla con total naturalidad este accionar.

El combate puede entonces ser triste, pero aún así e inclusive por esto, debe ser feroz y saberse necesario porque en ello consiste tener la propia humanidad despejada, alerta y dispuesta a poner en acción la capacidad de defender a quienes lo necesiten.

Este tiempo, donde enfocar se hace arduo, es un tiempo en el que las distancias que tomemos deben ser adecuadas y acordes con estas impresiones para ser consecuentes con lo que las tripas nos dicen. 

Así que estoy comenzando este nuevo combate, el que nos toca a todxs porque es por todxs.

La lucha sigue y sigue y sigue…

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